Los rotíferos bdelloideos son animales microscópicos, conocidos por su resistencia extrema a la deshidratación, inanición y a la falta de oxígeno. Recientemente, investigadores de la Fundación Nacional de Ciencias de EUA, han descubierto que pueden resistir el congelamiento y persistir durante al menos 24 mil años en el permafrost siberiano.
“Es difícil para la mayoría imaginar que un animal permanezca vivo durante 24 mil años” dijo Doug Levey, director de la División de Biología Ambiental de la NSF. «Este estudio muestra que la vida existe prácticamente en todas partes de la Tierra, y que los grandes descubrimientos sobre ella son ilimitados».
Para la recolección de muestras, se utilizaron plataformas de perforación en algunos de los lugares más remotos del Ártico, donde los investigadores han identificado distintos organismos unicelulares de larga vida además de musgos y algunas plantas que han mostrado regeneración después de que han estado miles de años atrapados en el hielo.
Con anterioridad se había estudiado en laboratorio a los rotíferos encontrando que podían sobrevivir hasta 10 años congelados, sin embargo el estudio publicado en Current Biology encontró, gracias a datación por radiocarbono, que los rotíferos recolectados del permafrost tienen alrededor de 24 mil años y que han estado vivos gracias a un estado de animación suspendida en el que podrían estar indefinidamente.
Una vez descongelado, el rotífero que pertenece al género Adineta, se reproduce en un proceso clonal conocido como partenogénesis. Para imitar el proceso de congelación y recuperación del antiguo rotífero, los investigadores congelaron y luego descongelaron docenas de rotíferos en el laboratorio.
El estudio mostró que los rotíferos podían resistir a la formación de cristales de hielo durante la congelación lenta sugiriendo que tienen algún mecanismo para proteger sus células y órganos del daño a temperaturas extremadamente bajas.
Todavía no está claro qué se necesita para sobrevivir en el hielo durante un corto plazo y si existe alguna diferencia para el organismo cuando se trata de miles de años, por el momento se requieren más estudios para determinarlo, el equipo afirma que continuarán explorando el Ártico en busca de otros organismos capaces de criptobiosis a largo plazo.
Esperan aprender más sobre los mecanismos biológicos que permiten la supervivencia de los rotíferos. Los conocimientos de estos pequeños animales ofrecen pistas para criopreservar mejor las células, tejidos y órganos de otros animales, incluidos los humanos.
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