¿Tu celular realmente escucha tus conversaciones? No lo necesita

¿Tu celular realmente escucha tus conversaciones? No lo necesita

¿Alguna vez has estado platicando con un amigo sobre la compra de un artículo determinado y al día siguiente te ha salido publicidad? Si es así, es posible que hayas dudado si tu celular te escuchó o tan solo fue una coincidencia. 

¿Pero realmente es una coincidencia? No, pero no quiere decir que tu celular te esté espiando porque es muy probable que tu seas quien le diera la información.

La mayoría de nosotros divulgamos regularmente nuestra información a una amplia gama de sitios web y aplicaciones. Hacemos esto cuando les otorgamos ciertos permisos o permitimos que las «cookies» rastreen nuestras actividades en línea.

Las llamadas «cookies de origen» permiten que los sitios web «recuerden» ciertos detalles sobre nuestra interacción con el sitio, por ejemplo las cookies de inicio de sesión permiten guardar nuestro usuario y contraseña para que no tengamos que volver a ingresarlos cada vez.

Las cookies de terceros, sin embargo, son creadas por dominios que son externos al sitio que está visitando, que a menudo son una empresa de marketing en asociación con el sitio web o la aplicación que usamos, estos tienen almacenados los anuncios del comercializador y les otorgará acceso a los datos que recopilen de nosotros (para lo cual le dimos permiso, incluso si solo damos clic en una pantalla emergente).

Con esto el anunciante puede construir una imagen de nuestra vida: nuestras rutinas, deseos y necesidades, estas empresas  buscan constantemente medir la popularidad de sus productos y cómo varía en función de factores como la edad, el sexo, la altura, el peso, el trabajo y los pasatiempos del cliente.

Al clasificar y agrupar esta información, los anunciantes mejoran sus algoritmos de recomendación, utilizando algo llamado sistemas de recomendación para dirigirse a los clientes adecuados con los anuncios adecuados.

 Las computadoras trabajan detrás de escena a través de aprendizaje automático con inteligencia artificial (IA) que ayuda a los sistemas a filtrar y analizar nuestros datos, para luego agruparlos en intereses similares para crear una asociación con productos por medio del  aprendizaje por refuerzo (RL).

Un agente de RL puede capacitarse a sí mismo basándose en la retroalimentación obtenida de las interacciones del usuario, similar a cómo un niño pequeño aprende a repetir una acción si conduce a una recompensa, cuando identifica un “me gusta” en una publicación de redes sociales, envía una señal sobre nuestros intereses y preferencias personales.

Así, si comenzamos a darle “me gusta” activamente a publicaciones en cualquier plataforma social, el sistema conectará nuestros intereses con los anuncios de empresas que pueden ofrecer productos y contenido relacionados.

Las recomendaciones de anuncios también pueden basarse en otros datos:

  • Anuncios dentro de la plataforma que les hemos dado clic
  • Datos personales que proporcionamos a la plataforma (como nuestra edad, dirección de correo electrónico, sexo, ubicación y en qué dispositivos accede a la plataforma)
  • Información compartida con la plataforma por otros anunciantes o socios de marketing que ya nos  tienen como cliente
  • Páginas a las que le hemos dado «me gusta» o grupos específicos a los que nos unimos

De hecho, los algoritmos de inteligencia artificial pueden ayudar a los especialistas en marketing a tomar grandes cantidades de datos y utilizarlos para construir toda su red social, clasificando a las personas en función de con quien interactúan, comenzando a dirigirse a nosotros con anuncios basados no solo en nuestros datos, sino en los datos recopilados de nuestros amigos y familiares que usan la misma plataforma.

Por ejemplo, Facebook podría recomendar algo que el amigo con el que más interactuamos haya comprado recientemente, por lo que no es necesario “escuchar” una conversación que tengamos con nuestros amigos.

Si bien se supone que los proveedores de aplicaciones deben proporcionar términos y condiciones claros a los usuarios sobre cómo recopilan, almacenan y usan los datos, hoy en día los usuarios deben tener cuidado con los permisos que otorgan a las aplicaciones y sitios que utilizan.

Tal vez no te importe recibir anuncios orientados en función de tus datos y puede que te resulte atractivo, las investigaciones han demostrado que las personas con una visión del mundo más práctica en realidad prefieren las recomendaciones de la IA a las de los humanos.

Dicho esto, es posible que las recomendaciones de la IA puedan limitar las opciones de las personas y minimizar la casualidad a largo plazo, al presentar a los consumidores opciones seleccionadas algorítmicamente de qué ver, leer y transmitir, las empresas pueden mantener implícitamente nuestros gustos y estilo de vida dentro de un marco más estrecho.

 ¿No quieres que te predigan? No seas predecible

Hay algunos consejos sencillos que se pueden seguir para limitar la cantidad de datos que compartimos en línea. 

Primero, debe revisar los permisos de las aplicaciones de su teléfono con regularidad.

Pensar dos veces antes de aceptar las cookies de una aplicación o un sitio web, siempre que sea posible, evite usar sus cuentas de redes sociales para conectarse o iniciar sesión en otros sitios y servicios. En la mayoría de los casos, habrá una opción para registrarse por correo electrónico, que incluso podría ser un correo electrónico desechable.

Una vez que inicie el proceso de inicio de sesión, recuerda que solo tiene que compartir tanta información como sea necesaria. 

Y si es sensible a la privacidad, quizás considere instalar una red privada virtual (VPN) en su dispositivo, esto ocultará su dirección IP y encriptará sus actividades en línea.

Trata de ser  tú mismo

Si todavía crees que tu celular te está escuchando, hay un experimento simple que puedes probar.

Ve a la configuración de tu teléfono y restringe el acceso a tu micrófono para todas tus aplicaciones.

Elija un producto que sepa que no ha buscado en ninguno de sus dispositivos y hable de eso en voz alta con otra persona por largo tiempo.

Asegúrate de repetir este proceso varias veces. Si aún no recibes ningún anuncio orientado en los próximos días, esto sugiere que tu teléfono realmente no te está «escuchando».

Tiene otras formas de descubrir lo que tienes en mente.

Dana Rezazadegan, profesora de la Universidad Tecnológica de Swinburne

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