Imágenes satelitales que analizó el Instituto Naval de los Estados Unidos ( USNI ) sugieren que Rusia utiliza delfines de guerra para proteger su base naval en el Mar Muerto de la ofensiva ucraniana.
Los barcos asegurados en la base están fuera del alcance de los misiles ucranianos, pero podrían ser vulnerables a intentos de sabotaje bajo el agua, de ahí la necesidad de delfines entrenados.
Tanto Estados Unidos como la Unión Soviética iniciaron programas de entrenamiento de delfines durante la Guerra Fría, además de leones marinos en las costas estadounidenses y belugas en las regiones árticas.
Después de la caída de la URSS, el ejército ucraniano se hizo cargo de los delfines, hasta que Rusia los recuperó cuando anexó Crimea en 2014, expandiendo el programa de entrenamiento.
«Nuestros especialistas desarrollaron dispositivos para la detección de objetivos que convierten el sonar submarino de los delfines en una señal que se analiza directamente en el monitor de un operador. La armada ucraniana carecía de fondos para desarrollar la tecnología por lo que mantenía suspendido este proyecto” dijo una fuente rusa, en entrevista para The Guardian.
Sin embargo, según Ucrania, muchos de los delfines parecían negarse a cumplir con las órdenes de los entrenadores rusos, por lo que “hicieron huelga de hambre y murieron patrióticamente”.
Además de los delfines, se sabe que Rusia continuó con el programa de entrenamiento de ballenas beluga en el Ártico, para mantener el control sobre este territorio. Una beluga, llamada Hvaldimir, que se cree que fue liberada del cautiverio por Rusia, se hizo famosa en 2019 cuando se la vio «jugando a buscar» con una pelota de rugby
La beluga se acercó a un barco de pesca, la cual llevaba un arnés estampado con la la frase «Equipo de San Petersburgo«, lo que provocó especulaciones de que en el arnes llevó montada una cámara para el espionaje ruso.
“Sabemos que en Rusia han tenido ballenas domésticas en cautiverio y también que algunas de estas aparentemente han sido liberadas. Luego, a menudo buscan botes”, dijo el profesor Audun Rikardsen de la Universidad Ártica de Noruega a NRK en ese momento.
«Si esta ballena proviene de Rusia y hay una gran razón para creer que lo hace, entonces no son los científicos rusos, sino la marina la que ha hecho esto», agregó Martin Biuw, del Instituto de Investigación Marina. Lamentablemente, a Hvaldimir no le fue bien después de que el ejército ruso lo liberara y perdió mucho peso mientras intentaba vivir lejos del cuidado humano. La ballena, ahora bajo el cuidado de la Dirección de Pesca de Noruega, desde entonces ha visto mejoras significativas en su condición física. Sin embargo, su tendencia a buscar barcos lo ha llevado a recibir varias heridas de hélices.