Científicos del IPN y de la UNAM encontraron una nueva especie fósil en ámbar de una flor perteneciente al género Entada, de la familia Fabaceae. El hallazgo fue en la región de Chiapas, México, que es hogar de importantes depósitos de esta resina fósil.
Este hallazgo representa una adición significativa a la rica historia fósil de México y se basa en varias flores bisexuales que se han conservado perfectamente en la resina fosilizada a lo largo de los milenios.
Entada simojovelensis se destaca por sus flores, que exhiben simetría en todas sus partes y son sésiles, es decir, no poseen un pedúnculo que las sostenga, sino que se encuentran directamente unidas al tallo o a la rama.
La corola de Entada simojovelensis está formada por 5 pétalos lineares basalmente connados, es decir, fusionados en la base. Estos pétalos exhiben un ápice papilado agudo, lo que sugiere que podrían haber tenido un papel importante en la polinización de la especie.
El descubrimiento de esta especie fósil en ámbar es de gran importancia científica, ya que representa la primera evidencia fósil en el ámbar mexicano del Mioceno para el género Entada.
La fascinante especie fósil descubierta ha sido nombrada como Entada simojovelensis, en referencia a la región de Simojovel en Chiapas, donde se encontraron las valiosas inclusiones en ámbar.
El Mioceno, una época geológica que se extendió desde aproximadamente hace 23 millones de años hasta hace unos 5 millones de años, es una ventana clave para entender la evolución de la vida en nuestro planeta.
Este hallazgo respalda aún más la idea de que varios géneros que prosperan en México en la actualidad han estado presentes en el área desde el Neógeno, una era geológica que abarca desde hace unos 23 millones de años hasta el presente.
La conservación excepcional de las flores bisexuales de Entada simojovelensis en el ámbar de Chiapas proporciona información valiosa sobre la morfología y la biología de esta especie extinta, así como sobre los ecosistemas y las interacciones entre las diferentes formas de vida que habitaban en esa región hace millones de años.
El emocionante descubrimiento lo realizó un equipo integrado por Emilio Estrada-Ruiz, del Departamento de Zoología del Laboratorio de Ecología de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y Sandra Gómez-Acevedo, de la Unidad de Morfología y Función de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El descubrimiento de Entada simojovelensis es un recordatorio de la importancia de proteger y preservar estos yacimientos de ámbar, así como de continuar investigando y estudiando las riquezas paleontológicas que nos ofrecen.
Cada nueva especie descubierta nos brinda una nueva pieza del rompecabezas de la historia de la vida en nuestro planeta y nos ayuda a apreciar aún más la belleza y la complejidad de la naturaleza que nos rodea.
El ámbar de Chiapas, con sus innumerables secretos fosilizados, sigue siendo una fuente inagotable de conocimiento y maravilla científica que debe ser protegida y valorada para las generaciones futuras.
El ámbar es una resina vegetal que se origina a partir de árboles principalmente de la familia de las Pinaceae, como los pinos. Estos árboles producen la resina como una forma de defensa ante heridas y ataques de plagas, actuando como una barrera protectora. Con el tiempo, esta resina se endurece y fosiliza, formando el hermoso y translúcido material conocido como ámbar.
El proceso de formación del ámbar es lento y complejo, ocurriendo a lo largo de millones de años. Comienza cuando la resina es liberada por los árboles como una forma de defensa en situaciones de estrés. La resina pegajosa pequeños organismos. Con el tiempo, pierde su contenido volátil y se convierte en una sustancia más sólida y rígida.
A medida que el tiempo avanza, el ámbar sigue capturando más organismos y materiales, repitiéndose este proceso en cada capa de resina endurecida. Es importante destacar que el ámbar que conocemos hoy se formó hace millones de años, convirtiéndose en un valioso registro del pasado.
En medio de estos tesoros se encuentran plantas, artrópodos y vertebrados ofreciéndonos valiosos vistazos al pasado de la vida en la Tierra.
Los fósiles de ámbar actúan como ventanas al pasado, congelando escenas de la vida antigua en un instante eterno y permitiéndonos estudiar y comprender la evolución de la vida en la Tierra.